Blog de Parentepsis

Quizás la peor vergüenza sea la de sentirse minúsculo, aceptar como inevitable la desconfianza habitual en uno mismo. Y el vergonzoso prefiere sentirse protegido de sí mismo, de lo que no sea digno de mostrar a los demás, aunque el precio sea tan alto como el de ser irrelevante. También ser vergonzoso es ser demasiado sensible emocionalmente, demasiado consciente, demasiado suspicaz, impresionable o delicado. Como decía Leonardo Da Vinci, donde hay más sensibilidad allí es más fuerte el martirio. El vergonzoso no deja pasar nada que le pueda herir, porque todo es susceptible de herirle y entonces por evitar ser naturalmente vulnerable prefiere ser artificialmente duro o apático. Tiene que mostrar una fachada exterior que esconda la amenazante intimidad interior que tanto se afana en proteger. El vergonzoso es un evitador profesional, un experto en esquivar y disimular. Decía Oscar Wilde que los libros que llamamos inmorales son aquellos que muestran nuestras vergüenzas. Está la vergüenza de la intimidad, el miedo a mostrarse tal y como es uno, y está la vergüenza de la indignidad, la...

Para Robert Lustig, neuroendocrino y pediatra norteamericano especializado en obesidad infantil, el error de esta era, que hace que la humanidad, teniendo mucho más que en épocas anteriores, esté perdida, deprimida e infeliz es la confusión generalizada entre el placer y la felicidad. Para el autor, identificar estos dos términos como sinónimos es la razón de nuestra frustración, sufrimiento inútil, adicciones y sentimiento de vacío existencial. Según Lustig, se trata de dos contenidos emocionales muy diferentes en realidad. El placer tiene que ver con la satisfacción inmediata y a corto plazo, con esa búsqueda infantil de intensidad, donde el bebé confunde tener más con estar mejor, el placer es algo visceral y muy físico y muchas veces está relacionado con necesidades insatisfechas o sustancias; el placer tiende a buscar la repetición compulsiva. La felicidad, sin embargo, es un estado de ánimo, algo que va más allá de las sensaciones momentáneas que el placer produce, una emoción que perdura en el tiempo y es estable y duradera, a diferencia del placer, que es efímero y muy volátil. El...

Una de las cualidades más sorprendentes del ser humano es su enorme diversidad. Somos asombrosamente diferentes en cuanto a gustos, aficiones, intereses, virtudes y carencias. Uno de los aspectos que más nos diferencian son nuestras creencias y nuestros valores. Hay quien valora mucho su intimidad, hay quien menos. Hay quien valora la puntualidad, hay quien menos. Algunas personas tienen firmes creencias políticas, otras no. ¿De dónde provienen esas creencias y esos valores? Como tantas otras cosas, nuestras creencias y valores se forjan durante nuestra infancia y adolescencia. Tienen su origen en lo que escuchamos de los que nos rodean. Madres y padres, hermanas y hermanos mayores y otros familiares, vecinos, profesoras y profesores. La expresión verbal de sus creencias y valores son los cimientos sobre los que construimos las nuestras. Las primeras creencias y valores que desarrollan los niños y las niñas son la interiorización de las de quienes les rodean. Esa interiorización es fundamental para el desarrollo de las funciones mentales y sociales en nuestra primera década y media de vida. Pero llega un momento en...

Como todo buen timo, la idea de un “buen amo” empieza como algo demasiado atractivo para ser verdad pero que se aprovecha de la debilidad de las víctimas para ser aceptado como real. La fantasía cautivadora es la imagen de alguien con el poder y el interés en ti suficientes para cambiar tus circunstancias de forma trascendental y liviana a la vez. La particularidad de este engaño, es que las víctimas son ambos, los dos participantes del fraude: quien desea un amo y quien desea ser amo. Porque se engaña quien crea que otro va a llevar la carga que le pertenece principalmente a él mismo. Porque la autoestima no se delega, la responsabilidad de la propia vida es inherente a uno mismo y no hay magos, titanes o superhombres que le salven de los grandes miedos que todos tenemos: la incertidumbre, la soledad y el dolor. Puntualmente se puede obedecer y acatar de forma entusiasta, se puede uno quedar deslumbrado y hechizado por un nuevo amo, pero sigue siendo el mismo timo de siempre: nuevo...

Wabi sabi es una palabra japonesa que según la Wikipedia, “hace referencia a “la belleza de la imperfección. Este concepto guarda relación con el minimalismo, la simplicidad, la serenidad y la discreción”. Se puede establecer un paralelismo entre el significado del wabi sabi y la autoestima. Si entendemos la autoestima como la relación que mantenemos con nosotros mismos, esta relación, en su concepción más genuina, tiene mucho de inocente, sencilla y serena. Y lo que llamamos imperfección es básicamente una falta de aceptación. En la relación con nosotros mismos no cabe la imperfección, somos como somos y como somos ya somos perfectos. Y si queremos encontrar la paz, el primer paso es entender que está bien que seamos así. La no aceptación de lo que eres solo abre la puerta al tormento. La aceptación tiene mucho de “la belleza de la imperfección”. Aceptar significa dejar de juzgarnos y por lo tanto dejar de condenarnos por ser cómo somos o hacer lo qué hacemos. N. Branden define la aceptación como “parar la guerra con nosotros mismos”. Cuando somos capaces de...

La aparición de las primeras computadoras digitales durante los años 50 del siglo pasado revolucionó el estudio del razonamiento humano. La clave de esta revolución radica en el símil que se estableció entre los procesos que usaban los ordenadores y los procesos implicados en el razonamiento humano. Se pensó que, si los ordenadores podrían realizar operaciones complejas, resolver problemas lógicos, aprender información nueva y adaptar sus estrategias, incluso ganar partidas de ajedrez contra expertos jugadores humanos, quizás la mente humana funcionaba de manera similar a como lo hacía un ordenador. Esta posibilidad caló hondo, tanto que hoy en día seguimos tratando a la mente humana como un tipo de ordenador, la concebimos como un sistema complejo de procesamiento de información, con una memoria a corto plazo, una memoria a largo plazo, etc. Tan prometedora fue esa posibilidad que pasaron tres décadas antes de que se cuestionara seriamente el paralelismo entre los ordenadores y la mente humana. Se había pasado por alto que todo lo que hace que la mente humana sea tan apasionante es justamente aquello...

Decía Séneca que no hay viento favorable para quien no sabe dónde va. Una vida sin metas da lugar a sensación de vacío o de baja satisfacción personal. Sin un objetivo claro, resolverás los problemas que se presenten de forma reactiva y buscarás consuelo en satisfacciones efímeras. Un objetivo claro te dará dirección, significado, motivación y satisfacción. Te propongo los siguientes pasos para definir tus metas: Prioriza, no puedes llegar a a todo. En el supermercado de la vida hay muchos “productos” apetecibles pero nuestros recursos son limitados y hemos de elegir. Esta elección es a veces complicada porque puedes vivirla con pánico a descartar cosas buenas. Recuerda que con los grandes objetivos, aquellos por los que merece la pena luchar y arriesgarse, ocurre que a partir de cierto punto no hay retorno. La meta por la que merece la pena luchar te pide compromiso. Es la señal de que realmente lo quieres, que es muy valioso para ti y que te vas a involucrar de verdad con su consecución. No confundas metas con deseos, no es...

La coherencia es la clave para mejorar tu seguridad personal y tu credibilidad, y sobretodo es uno de los indicadores de una autoestima saludable. Cuando eres coherente tu vida cobra significado y sentido. Vives de acuerdo contigo y todo lo que haces es por algo y para algo. Sin coherencia todo es superficial, cambiante, aparente y falso. Ser coherente significa que lo que piensas es exactamente lo que lo que dices y no otra cosa, expresas tus opiniones con sinceridad y humidad. No las “endulzas ni las maquillas”. Con naturalidad, si algo te gusta lo dices y con la misma naturalidad, si algo te desagrada también lo dices. Además también implica coherencia emocional, eso quiere decir que tus sentimientos están alineados con tus pensamientos y sientes como piensas. Si eres una persona que valora la justicia, cuando presencias o tienes conocimiento de una situación de injusticia sientes desagrado y malestar, no solo es un pensamiento, es una emoción real. Por último, además la coherencia tiene un componente conductual, y tu comportamiento tiene que estar en consonancia con tus...

La autoestima es la relación que tú tienes contigo. La única relación que durará toda tu vida. Es una relación de amor y para amar algo o a alguien de verdad es necesario conocerlo previamente. Solo cuando conocemos podemos decir con fundamento que amamos, podemos entender, comprender y valorar aquello que queremos. Cuando decimos querer algo que en realidad no conocemos, como sucede cuando nos enamoramos y tenemos un flechazo, es algo que tiene más que ver con el deseo que con el amor. Se trata de una idealización, en realidad amamos una idea que tenemos, una fantasía. La primera lección de la autoestima comienza volviendo la mirada hacia ti y preguntándote ¿cómo eres? y ¿qué quieres? Son dos preguntas sencillas de hacer, pero la respuesta merece y requiere tiempo. El camino de la autoestima empieza ahí, haciendo el esfuerzo por sincerarte contigo y acercarte a ti sin juzgarte. Es habitual creer que nos conocemos, pero la mayor parte de las veces se trata de una fantasía. Pocas personas hacen el esfuerzo y la inversión en tiempo,...

El Covid19 nos paró brusca e inesperadamente, vivíamos nuestras vidas con el piloto automático de la rutina y con el ajetreo frenético del ritmo actual del mundo. No nos dábamos tiempo a repensar nuestra forma de vivir, por lo que inconscientemente todo se iba haciendo poco a poco más complejo y confuso. El Covid19 nos ha dado también la oportunidad de repensarnos, de analizarnos y buscar formas más simples de vivir, cerrando los grifos de la ansiedad y el estrés que abrimos cuando vivimos en modo complicado. Ese modo complicado donde nuestra agenda nos domina, donde engañosamente más parece siempre mejor y donde hacemos muchas cosas por competir con otros más que por coherencia interna. Os propongo una serie de acciones que simplificarán vuestras vidas y os ayudarán a sentiros más cómodos y con más bienestar: Deshazte de lo que ya no utilizas, para reducir el desorden. Deja espacio, suprimiendo lo que llevas tiempo sin usar, no tengas prisa en rellenar los huecos libres que vas consiguiendo. ¡Disfruta de esos espacios, de su limpieza y luminosidad! Acostúmbrate a...