MEDITACIÓN PARA LA ABUNDANCIA

Cierra los ojos y reflexiona sobre el concepto de abundancia. Es lo contrario al concepto de escasez. Es más una creencia, una forma de entender la realidad y una emoción, que una cuestión acumulativa, material o cuantitativa.

Haz una respiración más profunda y mientras aspiras el aire, se consciente de la abundancia que hay a tu alrededor. Siente cómo se llenan tus pulmones y relaciona esa sensación con el concepto de abundancia. En este mismo instante tienes todo lo que necesitas para ser feliz. Permite que ese pensamiento se desarrolle y recorra tu sistema nervioso, siéntelo circulando por de tus venas y nota como tu corazón lo bombea. Ahora deja que esa sensación de abundancia haga su efecto y se extienda y transforme tu biología aportándote salud y bienestar.

La Vida es en sí misma un paradigma de generosidad y abundancia. Puedes sentirla en todo lo que te rodea: en la luz del sol cada despertar, cuando estás en la naturaleza, en todas y cada una de las risas de tu hijo, en el amor de otras personas, en el agua de la ducha o en la mirada de tu perro.

Aunque la abundancia también tiene que ver con el dinero y los bienes materiales, su verdadera riqueza la obtienes cuando la conviertes en una actitud personal que impregna todo lo que piensas, sientes, haces y vives. Porque es en ese momento cuando te conectas con el flujo de la riqueza que existe a tu alrededor.

Sintonizar con la abundancia es sentir que la mereces y estás en disposición de permitir que entre en tu vida como algo natural que te corresponde y te pertenece por derecho propio. Es aceptarla y no excluirte de ella. Y como todo en la naturaleza está interconectado, tus pensamientos de riqueza se convierten en el primer paso para atraerla a tu vida. Empieza por aceptar la riqueza que ya existe en tu mundo y agradécela. La riqueza puede estar en la salud que tienes, en el amor que te rodea, en el conocimiento y la sabiduría con que cuentas o el entorno en el que vives. Si la buscas la encontrarás.

Respira otra vez y valora en qué aspectos de tu vida ya eres una persona rica y próspera. Y ahora concéntrate en las emociones que ese pensamiento te produce. La abundancia puede hacer que sientas seguridad, ilusión, alegría, tranquilidad, confianza, da lo mismo, porque lo importante es que cuando empiezas a sentir la abundancia ya has empezado a vivirla y estás dando un paso más para atraerla a tu realidad.

Hay personas prosperas con sentimientos de miseria, personas que no valoran lo que tienen y solo ponen la atención en lo que les falta, no les gusta o les va mal, o personas que envidian y critican a quienes son prósperos y ricos. Todas estas personas se están excluyendo por decisión propia de la prosperidad. Porque como no la sienten, aunque la tengan no la disfrutarán y se sentirán pobres y miserables.

Aceptar lo que tienes, agradecerlo, valorarlo y compartirlo es la manera de conectarte con el flujo de la prosperidad. Da lo mismo el dinero que tienes ahora en tu cuenta corriente, acepta, agradece y valóralo y trata de sentir lo que sentirías si tuvieras el doble, el triple. Imagina ahora como te sentirías si fuera una cifra diez veces mayor. Respira hondo y cuando expulses el aire concéntrate en esas emociones. Observa lo bien que te hacen sentir y date permiso para poder disfrutar de ellas.

Vuelve a ser consciente de tu respiración de las emociones que sientes en este momento y cuando expulses el aire se consciente de como la abundancia, la riqueza y la prosperidad ya existen en tu vida. Sentir que ya eres una persona próspera y afortunada, que te permites disfrutar y ser feliz con la riqueza que te rodea, y que alimentar estos pensamientos y emociones en tu interior, es la manera que crear nuevas experiencias con la misma frecuencia emocional que terminarán materializándose en tu realidad. Simplemente deja que así sea.

FRASE: “La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión”. Aristóteles

ESCÚCHALO AQUÍ:

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.