Saber ganar y saber perder

En el juego de la vida, se gana y se pierde. Competir forma parte de vivir y se rivaliza por reconocimiento, por éxito, por resultados o por afecto. No es tanto un acto de lucha encarnizada e inhumana donde el hombre es un lobo para el hombre, como el sano objetivo de emular, medirse y concursar en la aventura de la vida. Esa es la primera reflexión sobre perder y ganar: una parte apasionante de la vida es vivirla como un juego, una competición donde participar en ella te hace crecer y disfrutar. Y es que puede haber un elemento depresivo en el hecho de no participar en la competición de vivir, de retraerse y coartarse por miedo o apatía.

Aprender a perder es aceptar que la derrota es una parte más del juego. Decía un gran deportista que había llegado a ser un ganador perdiendo muchas veces. La derrota no le devastaba, la aceptaba aunque le doliese y le instaba a seguir creciendo. Las reacciones de montar en cólera, culpabilizarse en exceso, avergonzarse o hacer trampas para no perder son una señal evidente de que la autoestima sufre demasiado ante el acto natural de perder y se confunde perder con ser un perdedor. Hay elementos objetivos que diferencian el acto de perder con la naturaleza de ser un perdedor: el esfuerzo que se pone en lo que se hace, la actitud positiva ante el juego y el trato hacia uno mismo y hacia el rival marcan la diferencia entre el que pierde y el perdedor. Y hay derrotas que tienen más dignidad que la victoria.

Después de aprender a perder, se aprende a ganar. Decía un vencedor a un vencido en una competición reciente que él había estado muchas veces en el lado de la derrota, donde en ese momento estaba su rival, y que no desfalleciese porque pronto ganaría. No le humillaba ni le menospreciaba, le incluía en su victoria, y la hacía más honorable por valorar a su contrincante. “Sic transit gloria mundi” decían los sabios romanos, recordando al vencedor que no se ha de permitir que la victoria se suba a la cabeza, inflar el ego y confundir éxito con arrogancia. Saber comportarse en la victoria es vencer dos veces y en la victoria se reconocen los valores y principios de quien vence. Quien pierde dice “enhorabuena” al que gana y reconoce su victoria. Quien gana dice “gracias” al que pierde por recibir su felicitación. Son dos ejercicios que ayudan a saber perder y saber ganar.

ESCÚCHALO AQUÍ:

«Es imposible ganar sin que otro pierda»

Publio Siro, escritor romano

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.