La vida no significa nada si no eres feliz. Puedes tener una salud de hierro. Dinero de sobra en tu cuenta corriente. Un trabajo envidiable. Amigos y familia que te adoran. Un físico atractivo…. Y sentirte una persona desgraciada. Ni tus posesiones ni tus logros te harán feliz. Los divanes de los psicoanalistas, las consultas de los psiquiatras y psicólogos están llenas de personas inteligentes y con dinero, que sufren por depresión, ansiedad, angustia de separación, obsesiones y otros cuadros clínicos. Sin la felicidad...

Siempre es posible reparar la autoestima. Y hablamos de reparación porque la autoestima es el equivalente psicológico de la salud física, es decir, lo natural es contar con una autoestima sana, sentirnos bien con nosotros mismos, conocernos y querernos. Lamentablemente este es uno de esos casos donde lo natural no es lo frecuente. Tal vez por eso, el momento en el que decides reparar tu autoestima suele venir precedido por una crisis. Puede ser una crisis...

La autoestima se puede entrenar y por lo tanto mejorar y desarrollar. Trabajar la autoestima es como ir al gimnasio o hacer dieta, requiere constancia y disciplina para conseguir resultados estables en el tiempo y que terminen formando parte de tu personalidad. Pero sin duda el esfuerzo vale la pena, porque el resultado es una vida feliz. La autoestima es la relación que tú mantienes contigo y por lo tanto la única de la que no...

La decisión final marca el momento de la verdad. Antes o después, en algún instante, tendrás que tomar este tipo de decisiones. Con ellas arrancas el comienzo de una nueva etapa de tu vida. Siempre suponen un cambio radical y determinante, sin medias tintas, ni tibiezas. Se trata de elecciones sin términos medios donde lo tomas o lo dejas. Y las consecuencias de estas decisiones tienen un impacto rotundo y contundente en ti y en tu...

Existe un punto de no retorno a partir del cual algún aspecto de la realidad cambia para siempre. Puede ocurrir cuando conoces a alguien y a partir la sonrisa veintisiete por poner algún número, algo cambia para ti de manera definitiva. Y empiezas a mirar a esa persona de otra forma y la escuchas con otra atención. Y te descubres con pensamientos nuevos, haciendo cambios en tu escala de prioridades y en tu agenda. Y al...

Si nos situamos en nuestro momento presente, podemos ponderar dos opciones. Una, revisar nuestra memoria, nuestro almacén de datos, emociones, vivencias e ideas. Probablemente este análisis nos ayude a comprender cómo hemos llegado a donde estamos, tanto si consideramos que hemos tenido éxito en nuestros propósitos como si creemos que no tanto. Pero la memoria es un almacén impreciso, altamente selectivo. Si contrastáramos todas nuestras vivencias con un diario íntimo, un blog en el que hagamos...