SALUD Y AUTOESTIMA

Tu salud física es una expresión de tu autoestima. Porque tu salud habla de ti, del tipo de vida que haces, de cómo te cuidas o te abandonas, de la atención con la que escuchas tu biología, habla incluso de cómo te conoces, de la importancia y valor que te das, de la fortaleza o fragilidad de tu sistema de defensas o de la coherencia entre lo que piensas, sientes y haces.

Si la autoestima es la relación que mantienes contigo y cómo te sientes biológicamente tiene mucho que ver con cómo es esa relación. Porque existe una relación directa entre las emociones que sientes y tu salud. Para algunos autores, la enfermedad es el resultado de algún tipo de trauma, crisis o sufrimiento emocional muy intenso o sostenido durante largo tiempo, que termina cristalizando en una alteración en el cuerpo. Esa alteración es lo que denominamos enfermedad.

Ser consciente de que emociones sientes, entender por qué las sientes, aprender a regularlas amplificando las que te hacen sentir bien y bajando el volumen a las que te hacen sentir mal, incluso escoger el estado emocional que quieres vivir, te ayudará a disfrutar de una buena salud.

Tus células responden a lo que sientes. Porque lo que llamamos emociones y sentimientos, son en realidad respuestas fisiológicas, reacciones bioquímicas e impulsos eléctricos, que cuando se mantienen durante por un tiempo o con mucha fuerza terminan afectando al sistema inmunológico, ponen en marcha la activación de determinados genes o destruyen alguno de nuestros órganos internos.

Tener autoestima significa quererte, cuidarte, tratarte bien. Y por supuesto, eso incluye tu biología. Cuidar tu alimentación identificando que alimentos te hacen sentir bien y cuales no, saber que son nutrientes y cuales solo calorías y satisfacción inmediata. Atender las necesidades de tu cuerpo, estirarlo, moverlo, sentirlo activo y en forma. Cuidar tu descanso y eso incluye tanto las horas de sueño, como la calidad del mismo. Dedicar un tiempo a la meditación. Y vigilar lo que sientes. Cuando por alguna razón te sientas mal, sufres ansiedad, estrés, miedo, rabia o tristeza, son “luces de alerta” que te invitan a reconsiderar lo que piensas en ese momento o lo que estás haciendo. Son la señal de que te estás desviando de tu camino. Las emociones son tu GPS biológico, y cuando te sientes mal quiere decir que te has perdido en algún momento.

Escoge emociones con las te sientas bien. Las emociones no son solo la reacción a algo que te pasa, tú puedes elegir lo que sientes. Puedes hacer por sentirte alegre, puedes buscar y aumentar los momentos en los que sentir serenidad y practicar la aceptación, la bondad y la gratitud. Todas esas emociones te harán sentir bien.

Tu salud es el reflejo del amor que sientes por ti. El camino de la salud y la recuperación física comienza escuchándote más, tratándote con cariño, comprendiendo lo que te sucede y aprendiendo con humildad la lección que lleva implícita esa experiencia.

 

Frase: “Tu cuerpo escucha todo lo que dice tu mente” · Noami Judd

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RECOMENDACIÓN:

“El origen emocional de las enfermedades” Christian Flèche

Nuestro cuerpo es poseedor de todas las claves de la enfermedad: su origen, su evolución, su tratamiento y su prevención. Nuestro cuerpo físico, psíquico, emocional y energético contiene todas las preguntas y todas las respuestas. Christian Flèche explica que la aparición de la enfermedad es el resultado de ciertos principios biológicos. El síntoma es la reacción de adaptación a un acontecimiento no integral que se enquista con el tiempo. Y cada síntoma indica de manera precisa el origen del problema. Al conocerlo, el enemigo puede convertirse en nuestro más preciado aliado. Este manual práctico ofrece el significado biológico de todas las enfermedades, ordenado por órganos del cuerpo, con numerosos ejemplos. Esta obra funcional constituye una guía para terapeutas, investigadores y todo aquel quedesee hacerse cargo de su enfermedad, para decodificar cada síntoma y descubrir cuál es su sentido.

1 Comment
  • Armando H
    Posted at 04:07h, 09 octubre

    ¡Hola, Miguel! No tengo la menor duda de lo dices, porque de algún modo ya lo estoy experimentando en mi persona; para bien, por supuesto. Pero…..¿Que sucede con las enfermedades congénitas o bebés/niños muy pequeños que enferman? Es ahí donde no encuentro explicación alguna.

    Saludos y la mejor de las suertes.