
17 Sep SI TE DA VERGÜENZA, HAZLO
Hay muchas cosas que puede producirnos una enorme vergüenza. Cometer un error ante otros, tropezarnos por la calle, pedir una cita a una chica que nos gusta, no saber algo, hablar con tu madre de sexo, pedirle a un cliente despistado que te pague, cruzarte con un exnovio, pedir comida, que se te rompa el pantalón al agacharte, comer en público o incluso habrá a quién le de vergüenza pedir un café.
¿Que hay detrás de esa inseguridad, ese temor, esa inestabilidad o esa vergüenza?
Hay una baja autoestima.
La vergüenza va directamente a lo que somos. Me avergüenzo de lo que soy y me siento culpable de lo que he hecho.
Si te da vergüenza hazlo sería la máxima para poder lidiar con ella y superarla ya que sino, corres el riesgo de dejar de ir a fiestas, a la cafetería, quedarte solo o aislarte, quedarte sin cobrar, … por no tener que afrontar esas situaciones embarazosas y huir de ellas o evitarlas. Afróntalo, con vergüenza sí, pero para delante!
Date permiso para cometer un error, céntrate en lo que tú estás pensando y en controlarlo, en redirigir tus pensamientos y ocuparte de tu estado emocional, llevándolo a la emoción que tú quieres sentir (seguridad, tranquilidad, alegría, …), en vez de enfocar tu atención en lo que los demás estén pensando de ti, ya que eso no es asunto tuyo.
Con la práctica serás capaz de, proactivamente, sentirte bien en situaciones que a priori parecen incómodas, empezando al principio por no sentirte tan mal y por no tener que evitar o huir de esas situaciones.
Arriésgate. Al otro lado está el premio, el crecimiento. Y sin lugar a dudas, la libertad.
Trabaja la aceptación, de quién eres, de lo que haces, los errores que cometes, de lo que piensas, de qué sí, así es, tienes vergüenza, y acéptalo. Te gusta, no. Pero eso es lo que hay. Decide que no vas a hacerte daño. No vas a machacarte, a juzgarte, a destruirte a ti mismo por ser blanco, por ser cristiano, por tener la familia que te ha tocado tener, por no saber hacer las cosas mejor, por tus limitaciones, por tu peso, … acéptalo.
Ese es el primer paso para la sanación.
Frase: “Preguntar es vergüenza de un instante; no preguntar es vergüenza de una vida” · Haruki Murakami
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RECOMENDACIÓN:
“Morise de vergüenza” · Boris Cyrulnik
La vergüenza nace de una representación de nuestro teatro íntimo en el que ponemos en escena aquello que no somos capaces de decir por temor a lo que dirá el otro. El autor nos cuestiona la esencia del sentimiento de la vergüenza y explica las razones por las que este aparece. Morirse de vergüenza explica cómo el ser conscientes de quienes somos y el saber aceptar nuestros puntos débiles y diferencias nos permite liberarnos del sentimiento de vergüenza. Al aceptar que los otros no nos juzgan constantemente, y que si alguna vez lo hacen no tienen por qué ser objetivos, el sentimiento de vergüenza desaparece.
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