DEJAR IR

Aprender a renunciar como parte de nuestro camino en la vida. Dejar ir aquello que ya tuvo su momento, que antes tenía sentido pero ya no lo tiene. Aquello que una vez fue magnífico, intenso, enriquecedor y novedoso pero que ya no lo es. Aprender a dejar ir cuando nuestro ego se niega a aceptar lo que está ocurriendo, a aceptar que lo dejamos ir porque ya no nos hace falta. Renunciar a nuestro ego que se apega a lo que ya no es bueno para nosotros, por miedo, rencor u orgullo. Y la mejor manera de dejar ir y superar nuestro orgullo es agradecer a aquello que soltamos por todo lo que nos dio. Gracias. Adiós.

Decidir es renunciar, vaciar para otorgar espacio a lo que ha de venir. Escoger es abandonar, elegir una opción es renunciar a otras. Abandonar no es lo mismo que abandonarse, lo primero puede ser necesario para volver a sentirnos bien o para seguir creciendo. Abandonarse es rendirse, es una de las mayores señales de baja autoestima. Abandonar sobre todo sentimientos empobrecedores y limitantes como la necesidad de controlarlo todo, el deseo de poseerlo todo y el afán de impresionar a todos. Dejar ir estos sentimientos tóxicos para ser felices.

Dejar ir para no caer en el victimismo, para no culpar a nuestro pasado de lo que nos va a ocurrir en el futuro. Soltar aquello que nos hace daño y darle más valor a nuestro bienestar que a tener razón o a estar por encima de otros. Dejar ir para no aferrarse a personas que nos sobreprotegen o que nos proponen relaciones de dependencia. Vencer el miedo a la libertad y a la independencia para relacionarnos de manera más genuina y auténtica con los demás.

Dejar ir causa dolor, pero es un dolor curativo. El duelo bien realizado es la superación de la tristeza y no su negación. Soltar es atravesar un espacio, despidiéndonos del pasado y cerrándolo con un ritual que nos abra el camino de una nueva vida.

Frase: “Abandonar puede tener justificación, abandonarse no la tiene jamás” · Emerson

ESCÚCHALO AQUÍ:

RECOMENDACIÓN:

“A la deriva

Basada en una historia real, narra cómo la pareja formada por los jóvenes Tami Oldham  y su novio Richard  se hace a la mar en su velero, pero en medio del océano se ven sorprendidos por una de las mayores tormentas jamás registradas. Tras el paso del huracán, Richard sale herido, y Tami tendrá que ponerse al mando para intentar sobrevivir a la deriva con el velero roto, sin comida y sin agua.

 

1 Comment
  • Anónimo
    Posted at 15:14h, 13 noviembre

    Que exelente gracias