CUANTO MÁS SIMPLE MEJOR

En la vida existe una calma prodigiosa, marcada por la paciencia y los propios ritmos de la naturaleza. Sin embargo en nuestro día a día no hay demasiado espacio para poder mimetizarnos con ella; de hecho, resulta una tarea imposible el poder detenernos y actuar en resonancia con nuestra propia existencia.

El problema nace cuando la inmensa mayoría de las personas se mueven o actúan a ritmos descompasados. La mayoría de nosotros, de hecho, nos movemos en extremos donde todo se tiñe o se magnifica. Tenemos grandes expectativas, grandes sueños sobre quienes somos, quienes seremos, qué éxitos o virtudes desarrollaremos. Cuanto más esperamos, más nos exigimos, más exigimos y por ende, más nos alejamos y más nos frustramos.

Los seres humanos estamos programados para superarnos, conseguir logros y superar los diferentes conflictos que nos propone la vida, sin embargo, debido a la necesidad de la inmediatez nos volvemos poco eficaces a la hora de resolver los verdaderos problemas, ya sean estos familiares, relacionales, laborales o personales. De hecho, solemos dejarnos arrastrar por los problemas de tal modo que estos mismos se encargan de mermar nuestra autoestima, nuestra seguridad y la capacidad de logro intrínseca en cada uno de nosotros. Y es que es aquí, en este punto, dónde suelen aparecer las primeras notas de infelicidad, de desazón o sufrimiento en nuestra vida. La negatividad se apodera de nosotros y el ensimismamiento sacude nuestro mundo.

¿Cómo podemos centrarnos y actuar a ritmos parecidos de la propia vida?

El secreto reside en redirigir nuestro foco de atención, ya sabemos que todos los cambios asustan y que el miedo es una de las emociones emergentes cuando algo nos trastoca; no obstante, no podemos anclarnos a la pasividad del dejar que suceda, debemos convertirnos en agentes activos del cambio. Debemos abrirnos al presente, barajar todas las posibilidades, detectar aquello que no funciona y crear planes sencillos y modestos. Debemos aprender a dejar de juzgar y renegar lo sucedido; recordad que la vida exige calma y saber hacer, no podemos empezar a actuar sin unos buenos cimientos.

Nuestro foco debe estar en lo que si podemos controlar que no son más que nuestros pensamientos y nuestras emociones. No importa lo grande que pueda ser un problema si sabemos cómo desmenuzarlo. Invirtamos nuestro tiempo en ir poco a poco, alcanzando pequeños objetivos y aumentando nuestra confianza y seguridad tras cada paso.

Frase: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma” · Carl Gustav Jung

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RECOMENDACIÓN:

“Eres aquello que crees” · Hyrum W. Smith

Todos hemos experimentado momentos en nuestra vida en los que los resultados de nuestro comportamiento no han cumplido nuestras expectativas. Y la consecuencia de ello puede derivar en una depresión, angustia, frustración, relaciones rotas y otra multitud de consecuencias. Con frecuencia nos resulta complicado encontrar una salida a todos estos problemas. En este libro, el co-fundador de Franklin Covey, Hyrum W. Smith hace dos cosas de gran valor para cualquier persona que quiera aliviar los problemas de su vida. Primero, revela a través de un simple modelo, como podemos llegar al lugar en el que las creencias forman la raíz de esos problemas. Y a continuación, con una simplicidad sorprendente, describe los pasos a dar para identificar y modificar esas creencias que están causando los problemas. A través del uso del“Modelo de la realidad”y el concepto de la“Ventana de la creencia”, ilustra con anécdotas repletas de humor y con el ejemplo de una poderosa experiencia en un instituto juvenil, cómo utilizar esta poderosa herramienta para transformar estos problemas en oportunidades de crecimiento y cambio positivo.

1 Comment
  • Anónimo
    Posted at 13:03h, 28 agosto

    Muy buen mensaje gracias desde medellin