
24 Oct AUTOESTIMA PARA CADA DÍA
La autoestima es la relación que tú mantienes contigo. Es la única relación de la que no te podrás separar nunca. Por eso es importante que te lleves bien contigo. Porque cuando tu autoestima está sana, es decir te quieres y te valoras, te mueves por la realidad como por tu casa, y aunque tengas que resolver imprevistos lo haces con naturalidad y no transformas las dificultades en dramas
Hay varias cuestiones muy concretas que tendrás que poner en marcha para mantener tu autoestima en forma día a día.
- Acéptate. Estés en el punto en el que estés. Sano o enfermo, con trabajo o en el paro o con pareja o sin ella. Acéptate. Recuerda que aceptarte no significa que resignarte y aguantar. Tampoco que tengas que hacer que la situación en la que estás de repente te guste. Simplemente significa que a partir de este momento dejas de hacerte daño con lo que estás viviendo. Eso básicamente es dejar de criticarte y quejarte de ti.
- Confía en ti. La confianza va en otra dirección. Se trata de generar una expectativa positiva sobre algo tuyo. Puede ser pensar que tu nuevo proyecto va a gustar, que saldrás de la situación en la que estás de una u otra manera, o que tendrás un día maravilloso. Con la confianza empiezas a construir tu futuro.
- Escúchate. Permanentemente estás en diálogo contigo. Te dices frases del tipo “esto está bien”, “esto es terrible”, “no sé”, “hoy tengo un buen día” o “siempre me equivoco”. El diálogo interno no para y es poco variado, te repites las mismas frases una y otra vez. Escúchate para conocerte, para averiguar qué te dices y cómo te tratas y sobretodo para empezar a cambiar los mensajes.
- Establece prioridades. Marca una línea divisoria entre lo que es importante y lo que no lo es. Y luego separa lo quede verdad es importante para ti de lo que lo es para otras personas. Ordena tu lista y empieza por hacer las cosas que son importantes para ti.
- Márcate retos. Haz planes. Fija objetivos. Sal de la zona de confort. Atrévete con lo nuevo. Tu inconsciente necesita una dirección para moverse. Desafíate con retos de superación personal y ve a por tus sueños.
- Entrena tu atención. Tu atención es el constructor de tu realidad. Allí donde colocas tu atención haces que esa experiencia se expanda. La atención se puede entrenar y con ella puedes modificar pensamientos, emociones y conductas.
- Valora lo que tienes. Agradece todo lo bueno que ya hay en tu vida. Se consciente de todo lo que has conseguido, de la suerte que has tenido, de las personas que te quieren y te han ayudado. Valora tus éxitos, tus aprendizajes y tus momentos únicos.
- Ríete. La risa es un puente a tu inconsciente. Tiene muchos beneficios físicos y psicológicos. La risa desdramatiza las situaciones, conjura el miedo y te carga de energía.
- Cuida los detalles. Los detalles son importantes, sobretodo los detalles que tienes contigo. Trátate como a tu mejor invitado, tanto si estás solo como si estás con otras personas.
- Simplifica tu vida. Ponte las cosas fáciles, evita complicaciones inútiles. Elimina todo lo que sobra de tu vida, desde trastos, ropa, costumbres, hasta relaciones. Haz de tu día a día, un ejercicio zen.
- Conviértete en tu referente. Eres un ser único. No te compares con nadie. No lo necesitas. No estás compitiendo, ni tienes porque valorar tu felicidad o tu vida contrastándola con la de otras personas que tienen más o menos que tú.
- Trabaja la disciplina. Medita cada día, favorece el orden en tu vida. Disciplina tu mente, tus emociones y tus hábitos de conducta. No te conformes con el placer inmediato, ve a por la satisfacción a largo que ofrece frutos mucho mejores. Dedícate tiempo y esfuerzo porqué tú lo vales.
Cuando te quieres todo es mucho más fácil, más rico y mejor. Y además eres tú quien más disfruta. Y tu felicidad es lo mejor que puedes ofrecer a los que amas.
Frase: “No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo.” · Woody Allen
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RECOMENDACIÓN:
“La Autoestima” · Luís Romas Marcos
Rojas Marcos analiza los factores que determinan la idea de nuestro «yo», como la infancia, los valores culturales, el autocontrol, el odio a uno mismo, los estados depresivos, así como el papel de la autoestima en las relaciones con los demás. El autor defiende que entender las claves de la autoestima es una inversión muy segura, ya que, ¿hay algo más determinante en nuestra vida que cómo nos sentimos con nosotros mismos?
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